La publicidad tiene casi tanta historia como la belleza. Empezó con vendedores gritando el precio de sus productos en la calle, pasó luego a los diarios, a las radios y a la televisión. La industria como la conocemos no tardó en aparecer, ya que las peleas entre marcas que ofrecían lo mismo también es historia de siempre.
Una marca está siempre asociada a un valor. Los productos que venden (y publicitan) crean en los grupos-objetivo una imagen de lo que "deberían ser": los famosos estereotipos. Si bien hay muchos factores que entran en juego al momento de la construcción de un estereotipo, consideramos que la publicidad es fundamental.
Ahora los medios están cambiando. Los públicos están hiper-conectados e hiper-segmentados, todo gracias a la revolución de la Web 2.0. El RSS (Really Simple Syndication o Rich Site Summary) permite que los usuarios de Internet reciban automáticamente en sus computadoras el contenido al que se suscriban. Por otro lado, la conversaciones a nivel mundial que generan los blogs permite, antes de comprar un producto, conocer las opiniones de quienes ya lo adquirieron.
La publicidad deberá reinventarse, crear un nuevo lenguaje sin mentiras ni omisión de información. La opinión de los usuarios que conocen el producto pesa más que lo que una marca quiere que el público piense...
Por eso, teniendo estos datos en cuenta...¿Se puede hablar del fin de los estereotipos? ¿Van a dejar de existir las mujeres de 50 sin arrugas en los avisos publicitarios? ¿Entenderán los hombres que comprarse ese auto caro no los hace lindos?
Suena complicado y tenemos nuestras dudas, pero en este mundo loco uno nunca sabe lo que puede ocurrir.
